La inflamación es una respuesta
del sistema inmunitario ante una agresión externa o interna, como una
infección, una lesión o una enfermedad. El objetivo de la inflamación es
eliminar el agente causante y reparar el
tejido dañado.
Un personaje que describió los signos clínicos de la inflamación fue Celso, un escritor romano del siglo I d.C. Él fue el primero en detallar los cuatro signos cardinales de la inflamación: rubor, tumor, calor y dolor. Más tarde, Virchow añadió el quinto signo: impotencia funcional.
Calor: se produce por el aumento del flujo sanguíneo en la zona afectada, lo que facilita el transporte de células y sustancias defensivas.
Enrojecimiento: se debe también al aumento del flujo sanguíneo y a la dilatación de los vasos sanguíneos.
Hinchazón: se origina por la salida de líquido y proteínas del plasma sanguíneo al espacio intersticial, lo que aumenta la presión en los tejidos.
Dolor: se genera por la estimulación de las terminaciones nerviosas sensibles a los mediadores inflamatorios y por la compresión de los tejidos por el edema.
Pérdida de función: se produce por el daño tisular y por la limitación del movimiento debido al dolor y a la hinchazón.
La inflamación es importante en el organismo por ser un proceso en el que nuestras células inmunitarias atacan a las bacterias o los virus invasores, eliminando la destrucción de tejidos que causan, e inician el proceso de reparación. Fuera del cuerpo, la inflamación puede provocar enrojecimiento, hinchazón, calor y dolor como ya antes mencionado.
Conclusiones.
(Juan Luis Flores Pérez).
En pocas palabras; la inflamación es un proceso de reacción protectora presente ante una infección de clase bacteriana o virulenta, lesiones internas y externas o por dichas enfermedades habidas y por haber. Podrá desencadenarse por varios factores teniendo así 4 síntomas principales (enrojecimiento, hinchazón, calor, ardor) y uno más que es pérdida de función. La inflamación también podrá ser de dos tipos (crónico y agudo). Aquí expenderá de su proceso y de lo que esté causando la inflamación.
(Diego Reyna Nava).
En conclusión, la inflamación es una respuesta del sistema inmunitario ante una agresión externa o interna, que tiene como objetivo eliminar el agente causal y reparar el tejido dañado. La inflamación puede ser aguda o crónica, dependiendo de la duración y la intensidad del estímulo. La inflamación tiene efectos beneficiosos, como la defensa contra las infecciones y la cicatrización de las heridas, pero también puede tener efectos perjudiciales, como el daño tisular, el dolor y la disfunción orgánica. Por lo tanto, es importante mantener un equilibrio entre la activación y la resolución de la inflamación, mediante el uso de fármacos antiinflamatorios.
Referencias.
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Puigbó, J. J. (s. f.). Aulus Cornelius Celsus (25 a.C. - 50 d.C.) «De Medicina». http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0367-47622002000400009
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